viaje

Dicen los extranjeros cuando vienen a nuestro país, que el viaje en micro es tal vez más característico que los cerros en la ciudad o el cielo gris de la capital. Don John Smith, cuando escucho esto de los suegros de su hermano Peter, que recién llegaban de viaje, saco la pipa de su boca y apago la chimenea e inmediatamente se puso a ordenar su mochila y salió corriendo en el primer vuelo a Santiago. Impaciente por conocer ese maravilloso viaje del que le hablaron, se sube a la 680 y se sienta al medio de la ultima fila de asientos, emulando un palco para observar que ocurriría. Don John, de pelo rubio fosforescente y piel tan clara como la nieve, cada vez que la micro pasaba por los blancos edificios del golf, parecía un acto mágico y desaparecía y volvía aparecer por cada edificio. Es un sujeto muy alto y vestido con polera blanca de algodón, de short café claro y piernas delgadas lampiñas por lo tanto cada personaje que subía a la micro lo miraba atentamente. Paso una hora y no pasaba nada fantástico, esperaba a si un cantante o un payaso que alegrara el viaje. Un poco impaciente y algo nervioso ya que todos los pasajeros lo miraban atentamente se dio cuenta de que el gran espectáculo que esperaba ¡era el mismo! a si que cuando decidió bajar de la micro se despidió cordialmente con su precario español que logro sacar sonrisa a todas las mujeres que estaban sobre el bus.